martes, 2 de noviembre de 2010

Artemisa

Hoy, por eso de dar un respiro a los intestinos o al menos poner un parche en la conciencia, nos hemos decidido por un vegetariano, en este caso Artemisa, en la calle Ventura de la Vega 4.


Nada más entrar fuimos rápidamente atendidos y situados en nuestra mesa. El local tiene techos altos y ambiente limpio. La clientela en general eran mujeres. Muchas cervezas sin alcohol y cocacolas zero. Las camareras también eran todas mujeres.



Nuestra elección del día fue:
Primeros: Ensalada de la huerta con aguacate y Estofado de lentejas
Segundos: Paella
Postres: Brownie y Uvas


Los que conocen la cocina vegetariana saben que el sabor es diferente a la que se prepara con productos animales. Cuando te pides, como es el caso, unas lentejas, sabes que no te vas a encontrar el puntito del jamón ni el sabor picante de un chorizo leonés. Generalmente los sabores son más sutiles y hay que cambiar un tanto el origen de coordenadas para efectuar mediciones, así como la escala.

Una vez situados en contexto, es más fácil apreciar una buena comida vegetariana, como es el caso de hoy, en la que los platos estaban bien elaborados y presentados. Quizá un tanto tibios, lo cual desluce los platos calientes.


Unas rodajas de pan integral y dos cervezas Mahou de tercio (en este caso deliciosamente frías) acompañaron con gran diligencia nuestra comida.



El segundo plato fue la sorpresa de la jornada. Cuando uno pide paella, por muy guiri o aborigen que seas, esperas un plato predominantemente gobernado por el color amarillo. La paella del Artemisa se compone de un plato combinado formado por un cuarto de paella, un cuarto de pizza, un cuarto de verduritas y 3 croquetas. Probando la parte de paella, uno se alegra de que el plato no sea lo que esperabas... Las otras tres partes del combinado estaban muy ricas. La esponjosa pizza daba el remate justo para que los más comilones no se queden con hambre


El menú nos sugería postres variados y de nombre apetitoso para cerrar la comida con un sabor dulce. Las uvas estaban realmente buenas y a su temperatura ambiente. En el brownie, si bien muy rico, se echaba en falta el toque delicatessen de que el chocolate líquido estuviera caliente.



En definitiva, un buen sitio para comer más ligero y desengrasar de tanto churrasco y tanto codillo, sin sacrificar buen sabor.

Precio: 11,25 €
Calificación: Aprobado


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